Sinopsis: El japonés Keigo Higashino ha vendido mas de dos millones de ejemplares de este libro en su país natal y a buen seguro que aquí seguirá vendiéndolos. Esta obra se inicia sin tapujos. Una mujer divorciada y su hija menor de edad cansadas de acoso del ex-marido lo matan en un arranque de furia. El vecino, Ishigami, un profesor de matemáticas de instituto locamente enamorado de la mujer, se ofrece a ayudarles con el cadáver y proporcionarles la coartada oportuna.
Cuando la policía halla el cuerpo todos los indicios apuntan a que la mujer, Yasuko, tiene algo que ver en su muerte, incluso que el vecino Ishigami guarda relación con el caso, pero cuanto más profundizan menos información tienen y más perdidos se encuentran.
La situación cambiará cuando aparezca un antiguo compañero de universidad de Ishigima, Yukawa, un físico que colabora ocasionalmente con la policía. Él será la piedra de toque del caso puesto que con meros indicios tratará de encajar las piezas que su antiguo condiscípulo ha desordenado cuidadosamente.
El lector se quedará atrapado con el encaje de bolillos tejido por el autor nipón para enredarnos en una maraña cuya resolución le dejará con la boca abierta. Fresca, sorprendente, ingeniosa, y terrible resolución que redondeará un volumen perfecto para los amantes del juego del gato y el ratón dentro del género negro.
Una novela que se lee de una sentada ante la imposibilidad de parar y que, al terminarla, nos dejará con una sonrisa y un gesto de admiración en la cara.
Mi opinión: Una lectura fresca y sorprendente que engancha desde el principio. La trama es perfecta. El autor da las pistas justas para enganchar al lector desde las primeras páginas y va construyendo la historia conduciéndote hacia un final apasionante y sorprendente. Ha sido una de las novelas que he leído que más me ha sorprendido en el último capítulo.
Si eres de los que gustan de las novelas de intriga, te recomiendo sin dudar su lectura.
